Debido a la gran diversidad y disparidad técnica existente entre las Terapias Integrales, es imposible llegar a una definición común en base a su metodología y formato no obstante, si en vez de intentar establecer una definición en base a cómo es la terapia, se atiende a los principios fundamentales que inspiran a la gran mayoría de estas técnicas, rápidamente aparecen tres ideas fundamentales:

• Las Terapias integrales tratan y se dirigen a las personas, nunca a las enfermedades.

• Las Terapias  proponen una visión global del individuo en la que todos los elementos -físico, intelectual, emocional, espiritual, social, afectivo…- de su vida están relacionados. Un movimiento en cualesquiera de estas áreas tiene repercusión en los demás aspectos, tanto para mejorar la salud como para empeorarla.

• La persona es la responsable última de su estado de salud así como de su proceso de sanación. El terapeuta no cura al paciente sino que, bien al contrario, ayuda a la persona para que ella misma tome las riendas de su vida.

Estos tres criterios son los que inspiran la mayoría de la Terapias Alternativas así que, partiendo de ellos, ahora sí, ya es más sencillo establecer una definición común.

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La denominación Terapias INTEGRALES abarca un amplio conjunto de técnicas, metodologías y procedimientos orientados a mejorar la salud de las personas y que, debido a su novedad, naturaleza u origen, todavía no se han incorporado abiertamente como parte de la praxis médica convencional.